domingo, 22 de enero de 2012

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Ante situación generada por la Ley Sopa, la BBC decidió pedirles a varios expertos de diferentes tendencias que analicen los eventos y, sobre todo, que respondan a la siguiente pregunta: ¿Y ahora qué viene...?

William Dutton es profesor de estudios de internet en el Instituto de Internet de Oxford.

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La difusión mundial de internet es uno de los desarrollos tecnológicos más prometedores del siglo XXI. Más de 2.000 millones de personas ya utilizan internet y es probable que ese número se incremente a medida que más personas en las naciones en vías de desarrollo se conectan.

Ya hay más usuarios chinos en el planeta que estadounidenses.

Es una infraestructura clave para el desarrollo económico tanto en las naciones desarrolladas como las que están en vías de desarrollo y está permitiéndoles a individuos conectados responsabilizar a los gobiernos y a otras instituciones en maneras tan poderosas como lo hacía la prensa en épocas anteriores.

Sin embargo, la vitalidad de las tecnologías de internet está siendo puesta en riesgo por una confrontación ideológica entre dos grupos: uno que busca proteger los derechos de autor contra otro que protege la libertad de expresión.

Internet y la red crecieron como parte de una cultura de compartir y de libertad de expresión dentro de comunidades académicas. Más de 40 años después de la invención de internet, muchos usuarios todavía apoyan la libertad de expresión en línea.

Considerando los altos niveles de apoyo a esta cultura subyacente, no debería sorprender que las amenazas a la libertad de expresión generaran reacciones significativas.

Las rutas legislativas para proteger los derechos de autor tendrían un efecto escalofriante en internet, pues marcarían el comienzo de más vigilancia y de órdenes gubernamentales para bloquear contenido, así como la desconexión de usuarios. Por eso, Wikipedia y Google, entre otros, protestaron contra SOPA y PIPA.

"Todos los involucrados tienen que entender que la libertad de expresión y los derechos de autor no pueden entenderse como temas individuales. Ambos son parte de una ecología mayor de políticas que tienen interacciones significativas."

Justo cuando las protestas sobre estas acciones legislativas parecían estar ganando terreno entre los políticos de Estados Unidos, el Departamento de Justicia subió las apuestas al cerrar Megaupload y acusar a sus fundadores de violar leyes antipiratería. Como resultado, el grupo Anonymous lanzó unos ataques.

Las acciones de casi todos los involucrados en este conflicto han sido verdaderamente intransigentes.

A corto plazo, es tiempo de hablar y detener esta guerra de argumentos. Los actores no han estado abiertos a discutir, pero eso es precisamente lo que se necesita. A largo plazo, las industrias creativas deben enfocarse en nuevos modelos de negocio que sean sostenibles en la era digital. Los gobiernos pueden apoyar la investigación y el desarrollo de estas innovaciones.

De manera más general, todos los involucrados tienen que entender que la libertad de expresión y los derechos de autor no pueden entenderse como temas individuales. Ambos son parte de una ecología mayor de políticas que tienen interacciones significativas.

Es tentador afirmar que la libertad de expresión prima sobre todos los otros valores e intereses, pero la evidencia que tenemos justo en frente de nosotros es que la libertad de expresión está siendo erosionada por preocupaciones de derechos de autor, responsabilidad legal, privacidad y protección de datos, seguridad pública y otros temas. Tener posturas políticas unidimensionales podría afectar el futuro de internet.

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